Los tratamientos estéticos con toxina botulínica solamente deben ser administrados por médicos cualificados que cuenten con la experiencia y capacitación adecuadas.  

El producto se inyecta en varios puntos de la zona a tratar. El momento exacto en el que puede observarse el efecto del tratamiento podría variar ligeramente entre las diferentes marcas y también de una persona a otra, pero los resultados por lo general se manifiestan unos cuantos días después del tratamiento.

Existe un pequeño riesgo de que el cuerpo comience a producir anticuerpos neutralizadores en respuesta al tratamiento, lo cual podría reducir su efectividad. La duración del efecto del tratamiento es variable y depende del producto y del usuario, pero podría durar alrededor de cuatro meses e incluso hasta seis meses. 

Como todos los medicamentos, la toxina botulínica puede causar efectos secundarios. Los médicos deben informar a sus pacientes acerca de los riesgos y efectos secundarios, así como de las posibles contraindicaciones, antes de administrar el tratamiento. Consulta también la información de seguridad para pacientes. Nota importante: La información que presentamos aquí no sustituye de modo alguno la información profesional que puedes obtener del médico responsable de administrar el tratamiento.

La toxina botulínica es producida por la bacteria Clostridium botulinum. Hay diferentes tipos de toxina botulínica (los tipos A a H), y son los tipos A y B los que se emplean en tratamientos médicos y estéticos. 

La toxina botulínica es una de las sustancias biológicas más poderosas que se conocen. Para ser más exactos, se trata de una neurotoxina que bloquea de manera reversible la liberación, desde las terminales nerviosas, de un neurotransmisor llamado acetilcolina. Ese bloqueo evita que los músculos se contraigan y de esa forma ayuda a eliminar las arrugas formadas por las expresiones faciales repetitivas (las arrugas del entrecejo y las patas de gallo). 

Cada fabricante utiliza su propia unidad de potencia para indicar la cantidad de toxina que contienen sus respectivos viales. Las dosis de las inyecciones que se emplean en los tratamientos estéticos son equiparablemente bajas y solo producen un efecto local en el músculo que se está tratando. Solamente médicos cualificados deben administrar la toxina botulínica en tratamientos estéticos o de cualquier tipo. 

Los médicos deben informar a sus pacientes acerca de los riesgos y efectos secundarios, así como de las posibles contraindicaciones, antes de administrar el tratamiento. Consulta también la información de seguridad para pacientes. Nota importante: La información que presentamos aquí no sustituye de modo alguno la información profesional que puedes obtener del médico responsable de administrar el tratamiento.